¡Qué lindo poder presentarme!

Soy una persona que ha vivido mucho desde niña, desde desafíos familiares hasta cambios de profesión, entre otras cosas. Siempre fui muy independiente desde muy pequeña, me tocó serlo.

También, desde niña, me gustó lo místico. A los 9 años ya entraba a páginas de tarot a investigar. Aunque no soy tarotista (todavía), el tarot es parte de mi guía, al igual que la numerología, mis sueños (muchos premonitorios) y, sobre todo, mi intuición… esa que muchas veces no escuché.

Mis raíces

Soy de Uruguay, pero viví en Estados Unidos desde los 9 hasta los 14 años. Cada vez que visito Carolina del Sur, siento que vuelvo a casa; siempre digo que es mi segundo hogar.🤩

Hace dos años y medio nos mudamos desde Uruguay a Brasil, sin conocer ni el idioma ni el país. Vine con mi pareja y nuestras perritas en busca de una nueva vida, y la estamos teniendo.🥰

Mi camino laboral y emprendimiento

Trabajo desde los 14 años y soy emprendedora independiente desde los 24. Hoy tengo 32 y estoy comenzando un nuevo proyecto que siento como mi propósito de vida. Siempre digo que soy muchas cosas a la vez, y que todo eso me define.

Aprendí a hacer uñas en el salón de belleza de mi madre, donde comencé como manicura. Más adelante, me formé como Auxiliar Contable, lo que me permitió conseguir un “buen trabajo” en su momento, cuando me independicé a los 22 años y me mudé desde Paysandú a la capital, Montevideo.

A los 24 años (2017), me convertí en manicura profesional y decidí independizarme de mi trabajo como administrativa justo cuando la empresa donde trabajaba cerraba. Aproveché para capacitarme aún más, y volví a Paysandú para abrir un local junto con mi madre (peluquera) y mi hermano (barbero).

Durante ese tiempo, también fui educadora de uñas —formé a más de 100 alumnas— y vendedora de insumos. Al mismo tiempo, comencé a estudiar marketing online para impulsar mi negocio.

Cambio y crecimiento en pandemia

En 2020, con la pandemia, cerramos el local familiar y empecé a trabajar desde casa. Poco después, alquilé la casa de frente a donde vivía para ampliar mi espacio, y allí seguí trabajando como manicura, además de fortalecer mi negocio de venta de insumos y dedicarme a vender a todo Uruguay.

Fue un año de crecimiento: aumentaron mis ingresos y también mi visibilidad.

Una nueva dirección

Sin embargo, en 2021 sentí que quería dejar el rubro. Después de cuatro años intensos, me di cuenta de que no era lo que quería a largo plazo. Decidí entonces dedicarme de lleno al marketing y profundizar en esa área.

Me recibí como Estratega Digital en septiembre de 2022 (la última foto de la galería muestra como mientras atendía mi negocio, también estudiaba, y agregué el certificado a la imagen), y al mes siguiente, vendí mi negocio de insumos, nuestras cosas, y junto a mi pareja nos mudamos a Brasil.

Comencé entonces un negocio digital como estratega, pero no me sentí plena. Me di cuenta de que lo que realmente me entusiasmaba era crear contenido motivacional. Ahí entendí que el marketing había sido una gran herramienta para mi camino, pero no era mi verdadera vocación.

Desde ese momento empecé a mirar hacia adentro, a explorar con más conciencia lo que realmente quería construir para mi vida a largo plazo.

El llamado del mindfulness y la guía interior

Antes de iniciar mi búsqueda interna, comencé creando productos digitales. Hacía de todo: para todas las edades, en formato bilingüe, y sobre diferentes temáticas. Pero dentro de todas esas creaciones, había una categoría que me atraía poderosamente: la de mindfulness.

Hoy me doy cuenta de que ese llamado estaba en mí desde hace mucho tiempo… desde que era niña.

Siempre me sentí guiada hacia el lugar donde estoy comenzando ahora, pero nunca me daba el espacio para escucharlo realmente.

Mientras seguía creando productos digitales, el llamado se volvió más fuerte. Empecé a recibir señales a través de mis sueños, de los números, del tarot… todo me decía lo mismo: tenía que ser guía para los demás.

Escuchar y seguir el camino

Hasta que un día decidí hacerle caso a ese llamado. Dejé de crear productos para toda la familia y me enfoqué en la idea de desarrollar herramientas transformadoras.

Quería crear algo que realmente ayudara. Pero antes de empezar, sentí la necesidad de formarme y así fue como comencé a estudiar Coaching de vida y Programación Neurolingüística (PNL).

Empezar esta carrera le dio aún más sentido a todo lo que había vivido.

Y como venía de años de sentirme perdida, cuando empecé este camino, sentí una paz inmediata. Supe que este era mi lugar, supe que este era mi camino.

Desde entonces, mis guías me siguen enviando señales: en mis sueños, en los números, a través del tarot… Y yo estoy acá, caminando al ritmo de esa guía interior que siempre estuvo, solo que ahora sí la escucho.

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